martes, 23 de marzo de 2010

El amanecer de una noche de alucinaciones

El despertar de un adolescente que se hallaba dentro de una pesadilla. 
Una oscura y vacía estadía, en un mundo de errónea diversión: las drogas.

Aceptarlo no fue nada fácil, Daniel (Zata) Zavala, un joven de 20 años, en plena etapa de pre adultez, por primera vez en su vida decidió hacer algo bueno para si.
Pasados ya los cinco largos años en los que creyó haber madurado al salir del colegio, estudiar a medias una carrera corta de diseño gráfico, y crecer en tamaño; Zata, como solía ser conocido; harto de ser menospreciado por todas las personas a su alrededor, debido a la enfermedad que se había  creado a voluntad propia, y cansado de sentir que su madre se avergonzaba de el; luego de pensarlo muchas veces al fin buscó ayuda.
En la parroquia chalaca San José de Bellavista, el padre Antonio Arbulú, quien lo conocía desde niño, lo felicito pues uno de los primeros pasos para lograr un cambio es aceptar que estuvo mal lo que hacía.


Daniel Zavala, era adicto a la cocaína, su piel casi plomiza, casi pegada a los huesos, sus dientes amarillos a punto de caerse, sus manos ampolladas, ojos rojos y con ojeras de compañía; no hacía falta ser muy observador para darse cuenta de su estado, de su enfermedad.
Pasaba todas las mañanas y tardes dormido, ya sea dentro o fuera de casa.
La noche era virgen para él; se reunía con sus “amigos” a inhalar las llamadas líneas de PBC (Pasta Básica de Cocaína). Las veces que volvía a su hogar solo eran para sacar dinero a como dé lugar.
Su madre enferma, la cual no perdía la esperanza de un cambio, le daba dinero cuando este le pedía mintiendo que lo usaría para pagar una rehabilitación en el Centro Victoria.

Al día se inhalaba o “jalaba” aproximadamente ocho “ketes” de PBC.

Su madre era viuda de, según señala, un maravilloso esposo el cual murió a causa de un cáncer estomacal. Es por ello, que esta abrió un negocio para de alguna manera sacar a su hijo adelante.
Lamentablemente no pudo hacerlo sola, pues Daniel escogió la manera menos adecuada para sobrevivir; entró al peor de los vicios, y se quedó por mucho tiempo. Le faltó una mano dura, según su madre, pero más que todo en verdad le hizo falta un padre a quien recurrir.

UN SOPLO DE AIRE PURO

El padre Antonio, le propuso trazarse una meta, algo por lo cual el podría luchar, poco a poco poniéndose plazos, poco a poco afrontando los obstáculos que se le presenten, utilizándolos como una forma de no bajarle la guardia a su dependencia con la cocaína. Dado que en las primeras fases es difícil, Daniel tuvo mucha fortaleza, control y confianza en sí mismo, lo que fue motivo para ponerle más empeño a su cambio.

Zata opto por ayudarle, claro que esta vez sin robarle dinero. La mama agradecida y contenta por el cambio que observaba, empezó a apoyarlo, ya que ella era la persona más indicada para ello.
El resto; sus supuestas amistades no lo eran, pues pertenecían a un ambiente prácticamente deteriorado y solo lo llevarían a recaer en lo mismo.
Pasaron dos meses, en los que Daniel no inhalaba cocaína. Su vida al parecer había cambiado por completo. Su semblante plomizo se torno rosado, subió de peso, sus manos se iban regenerando.
Tenía un trabajo al lado de su madre, concurría a la parroquia cada domingo  o cuando el padre Antonio se lo pedía; retomo sus estudios en Diseño Grafico, se hizo otras amistades y logró superar una caída, que tuvo a causa de que entró en depresión ya que su madre viajo una semana a su pueblo natal.

El padre Antonio Arbulú señala que este cambio ha sido producto de que Daniel tuvo fuerza de voluntad desde el principio, pues el mismo acudió a la parroquia para pedir ayuda, ya que estaba  decidido a cambiar. El problema de Daniel no fue llegar al extremo de refugiar la adicción a la cocaína como parte de su identidad, sino el de sobreponer su depresión al sentirse en soledad consumiendo está fatal droga.
Cabe decir que la mama cumplió con un rol indispensable pues con sus cuidados, confianza y fe en el, logro no solo que dejara las drogas, sino que pudiera continuar con su vida.

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